El OZONO fue descubierto por el científico holandés VON MARUM en el año 1.783 trabajando con máquinas electrostáticas. Así mismo le sucedió a CIUKSHANK en el año 1.801 haciendo la electrólisis del agua. Finalmente en el año 1.840 el científico SCHONBEIN logró detectar y clasificar al OZONO dándole el nombre ya conocido por todos hoy en día (OZONO). Palabra que procede del griego y que su significado es olor.
En el año 1.863 el científico SORET comprobó y demostró que el OZONO se compone solamente de oxígeno: (64.800 cal. / 3 O2 = 2 O3).
El OZONO es una variedad alotrópica del oxígeno, su molécula triatómica (O3)se genera por la activación de la molécula diatómica (O2) del oxígeno. Esta activación puede ser provocada por la acción de una descarga eléctrica o por la energía irradiada de los rayos ultravioleta. El OZONO (O3) es un componente natural del aire limpio y seco, como el nitrógeno, oxígeno, argón, etc... en una proporción de 0,000002% en volumen, existiendo en la atmósfera(190xl0.000.000)tm. Algunos de los gases que componen el aire tienen una misión específica que cumplir. En el caso del OZONO, es la de eliminar los agentes contaminantes que no formen parte del aire limpio y seco.
Las características químicas del OZONO, nos la presentan como un gas inestable. Es precisamente gracias a esta inestabilidad a la que se debe su rapidez de actuación y su capacidad de convertirse nuevamente en oxígeno normal. Sus propiedades altamente oxidantes y su capacidad para romper moléculas con doble enlace y anillos aromáticos mediante el mecanismo denominado ozonólisis, hacen que el OZONO tenga tantas aplicaciones como se le atribuyen hoy día.
El OZONO, debido a sus propiedades oxidantes, puede ser considerado como uno de los agentes microbicidas más rápido y eficaz que se conoce. Su acción posee un amplio espectro que engloba la eliminación de:
a) Bacterias (efecto bactericida)
b) Virus (efecto viricida)
e) Hongos (efecto fungicida)
d) Esporas (efecto esporicida)
Es una de las propiedades mejor comprobadas, debido a su gran utilidad en todo tipo de locales de uso público y en el tratamiento de ciertos olores de origen industrial. El OZONO posee la propiedad de destruir los malos olores atacando directamente sobre la causa que los provoca, y sin añadir ningún otro olor. Para lograr esto último resulta extremadamente necesario no exceder la concentración del OZONO requerida para un determinado local, ya que si ésta se encuentra muy elevada, quedaría un residual fuerte de OZONO presente en el aire y se percibiría un cierto olor.
En las grandes ciudades, donde existen gran cantidad de locales cerrados y poco ventilados, es con mucha frecuencia apreciable el enrarecimiento del aire como consecuencia de una carencia de oxígeno, la cual habitualmente identificamos como aire viciado.
El OZONO, por su mayor poder oxigenante, contribuye a mejorar la eficiencia de las células de los organismos superiores en cuanto al aprovechamiento del oxígeno disponible, mediante la estimulación de varias enzimas que intervienen en estos procesos.
El ozono, en el tratamiento de agua en general, tiene las siguientes ventajas:
1. Elimina el color causado por el hierro o manganeso o la materia carbonosa, los sabores y olores debido a la presencia de materia orgánica.
2. Reduce la turbiedad, el contenido en sólidos en suspensión y las demandas químicas (DQO) y biológicas (DBO) de oxígeno.
3. El ozono es un poderoso desinfectante. No sólo mata las bacterias patógenas sino que, además, inactiva los virus y otros microorganismos que no son sensibles a la desinfección ordinaria con cloro.
4. Si no hay posterior recontaminación, el ozono residual es suficiente para efectuar una desinfección común.
5. El ozono puede ser detectado por el hombre mucho antes de que llegue al nivel tóxico.
6. No produce en el agua aumento en el contenido de sales inorgánicas ni subproductos nocivos.
En definitiva, podemos afirmar que el ozono realiza las siguientes funciones en el agua:
El principal objetivo de un tratamiento con ozono con equipos de coeficiente reducido consiste en la desinfección del agua desde el punto de vista bacteriológico. Otras funciones vienen por añadidura y no constituyen argumentos significativos.